La aflatoxina es un tipo de micotoxina producida por ciertas especies de moho, especialmente Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus. Estos mohos pueden contaminar diversos productos agrícolas, como cereales, nueces, semillas y cacahuates, tanto durante la cosecha como durante el almacenamiento.
Las especies de moho que producen aflatoxinas crecen en el suelo cuando las condiciones son favorables, como cuando los alimentos en descomposición, las plantas, el heno y los cereales se almacenan juntos en áreas con alta humedad y temperaturas elevadas.
Se han identificado al menos 13 tipos diferentes de mohos tóxicos que producen aflatoxinas. Entre ellos, la aflatoxina B1 es considerada la más tóxica, ya que puede causar problemas de salud graves, como enfermedades hepáticas, cáncer, respuestas autoinmunes, problemas digestivos y, en casos raros, la muerte, según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer.
Los estudios han mostrado que la exposición a la aflatoxina a través de los alimentos es una de las principales causas de enfermedades hepáticas, especialmente el carcinoma hepatocelular, en ciertos países como China y los de África.
¿Qué puede hacer para evitar la aflatoxina y reducir el riesgo de los síntomas asociados (como alergias y fatiga)?
La aflatoxina ingresa al organismo a través del consumo de ciertos alimentos ampliamente difundidos, especialmente cereales y legumbres, por lo que cambiar la dieta es el primer paso. En segundo lugar, ciertos suplementos pueden ayudar al organismo a desintoxicarse de la aflatoxina y mejorar la inmunidad contra sus efectos.
Impacto de la aflatoxina en la salud
Las aflatoxinas son conocidas por sus propiedades cancerígenas, estando asociadas especialmente con el cáncer de hígado. La exposición prolongada a aflatoxinas puede llevar a lesiones hepáticas severas y, en casos graves, a insuficiencia hepática. Otros efectos incluyen el deterioro del sistema inmunológico y el desarrollo de enfermedades crónicas.
A largo plazo, algunos de los síntomas que puede provocar la exposición a la aflatoxina incluyen:
- Alergias alimentarias
- Reacciones a enfermedades autoinmunes
- Inflamación que afecta al corazón
- Lesiones en los órganos digestivos, incluyendo el hígado y los riñones
- Posible mayor riesgo de cáncer hepático, hepatitis viral (HBV) o infestación por parásitos
- Trastornos del crecimiento y desarrollo
- Síntomas observados en pacientes con enfermedades hepáticas, como vómitos, dolores abdominales, retención de agua, edema pulmonar, convulsiones, coma e incluso muerte
Fuentes comunes de aflatoxinas
Las aflatoxinas pueden encontrarse en diversos alimentos, incluyendo:
- Cereales: Maíz, trigo, arroz.
- Nueces y semillas: Cacahuates, almendras, nueces de Brasil.
- Frutas secas: Higos, pasas.
- Especias: Pimiento, cilantro, jengibre.
- Productos lácteos: Leche y quesos contaminados a través de la alimentación de los animales.
Cómo evitar las aflatoxinas
Para minimizar el riesgo de exposición a aflatoxinas, siga estos consejos:
- Elija productos de alta calidadCompre alimentos de proveedores de confianza que tengan controles estrictos de calidad y seguridad. Los productos orgánicos, aunque no son completamente inmunes, tienden a tener un menor riesgo de contaminación.
- Almacene los alimentos correctamenteGuarde cereales, nueces y semillas en un lugar fresco y seco. Utilice recipientes herméticos para evitar la exposición a la humedad, que favorece el desarrollo del moho.
- Evite los alimentos dañadosNo consuma alimentos que presenten signos de moho, decoloración o olores inusuales. El moho visible puede indicar la presencia de aflatoxinas.
- Lave y limpieLave bien las frutas y verduras antes de consumirlas. También, limpie las nueces y semillas de sus cáscaras y verifique si hay signos de contaminación.
- Elija productos probadosBusque etiquetas que indiquen que el producto ha sido probado para detectar aflatoxinas. Algunas empresas de alimentos realizan pruebas regulares para asegurarse de que los niveles de aflatoxinas sean seguros para el consumo.
- Procesamiento térmicoEn algunos casos, el procesamiento térmico de los alimentos puede reducir los niveles de aflatoxinas, aunque no los elimina por completo. Cocinar a altas temperaturas puede ayudar a reducir el riesgo.
- Supervise la alimentación de los animalesSi tiene animales de granja, asegúrese de que su alimento esté almacenado correctamente y provenga de fuentes seguras. Las aflatoxinas en el alimento animal pueden llegar a los productos lácteos y la carne.
*Algunos estudios han encontrado que remojar, hidratar y fermentar cereales y nueces puede reducir significativamente la presencia de aflatoxinas. El Departamento de Ciencia de los Alimentos y Biotecnología de la Universidad de Dongguk en Corea descubrió que estos procesos redujeron significativamente los niveles de aflatoxinas, al igual que calentar los granos de soja a altas temperaturas.
¿Está regulada la aflatoxina?
En muchos países se han implementado regulaciones para limitar la exposición a aflatoxinas mediante pruebas rigurosas y el procesamiento adecuado de los alimentos conocidos por su riesgo de contaminación. La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) ha establecido „límites de acción” (nivel máximo tolerable de aflatoxinas totales) para alimentos como el maíz y los cacahuates, intentando así controlar la cantidad de aflatoxinas presentes en los productos alimentarios disponibles para el consumo humano y en los forrajes para animales.
¿Cómo se esfuerzan los proveedores de alimentos para reducir el riesgo de contaminación?
Los proveedores de alimentos hacen considerables esfuerzos para reducir el riesgo de contaminación, previniendo que las cosechas se vuelvan demasiado húmedas y calientes, cosechando los alimentos cuando están maduros (para prevenir el secado excesivo y el crecimiento de moho), y protegiendo las cosechas de insectos y roedores, que pueden dispersar los mohos.
Normativas y límites de aflatoxina
Según el Journal of Toxicology, la mayoría de los países permiten un nivel de aflatoxina en maíz y cacahuates entre 4 y 20 ng/g. Sin embargo, hay evidencia de que estos límites no son suficientes para proteger a toda la población, especialmente en los países subdesarrollados, donde estos cultivos se consumen en grandes cantidades y la inmunidad de la población ya está comprometida por otros motivos.
Algunos investigadores afirman que „la mayoría de los estándares regulatorios actuales no son lo suficientemente protectores, incluso cuando se aplican”, dado que en ciertos países más de uno de cada 100,000 personas corre el riesgo de sufrir intoxicación por aflatoxina, lo que puede poner en peligro la vida.
Consejos finales
- Elija alimentos de calidad, almacénelos correctamente y esté atento a los signos de contaminación para proteger su salud y la de su familia.
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