La ventilación insuficiente en el hogar es la causa, con el tiempo, de niveles elevados de humedad en la habitación. Esto conduce a la formación de condensación y moho perjudicial para su salud.
Los médicos advierten que las ventanas de doble acristalamiento pueden representar un peligro para la salud, especialmente en el caso de los bebés cuando las habitaciones no se ventilan adecuadamente. Al mismo tiempo, afirman que la ventilación de una habitación es absolutamente obligatoria, independientemente de las ventanas utilizadas.
A través de una ventilación adecuada, puede evitar las pérdidas de calor y la formación de condensación y moho. Por lo tanto, le ofrecemos algunos consejos sobre la ventilación adecuada de las habitaciones que le garantizarán no solo un clima óptimo en el interior, sino también un aporte suficiente de aire fresco sin perder calor acumulado injustificadamente durante las épocas frías.
Aquí tienes algunos consejos útiles para la ventilación del hogar:
Ventile su hogar 4 veces al día. Por la mañana: haga un cambio total de aire, abriendo completamente una ventana en cada habitación. Al mediodía y por la noche: ventile las habitaciones en las que pase el día. Por la noche: ventile toda la casa y, especialmente, la habitación donde duerme.
Después de cocinar o bañarse, ventile rápidamente las habitaciones respectivas para evitar que los vapores se propaguen por toda la casa. En baños sin ventanas, ventile a través de la habitación más cercana y, cuando llueva afuera, es perfecto ventilar. El aire exterior es más seco que el de las habitaciones climatizadas.
En invierno, las casas deben ventilarse de la misma manera que en verano, para proteger las paredes de la humedad y el moho, y para eliminar el aire viciado.
No utilice las ventanas abatibles para ventilar, ya que no entra suficiente aire y se pierde el calor de la habitación en vano.
Los radiadores secan excesivamente el aire de las habitaciones. La falta de humedad puede provocar fatiga e irritación nerviosa. El remedio más sencillo es colocar jarrones sin esmaltar, hechos de barro, sobre los aparatos de calefacción. Los poros en sus paredes permiten que el agua se evapore más fácilmente. Evite los recipientes de vidrio o plástico.
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