Muchas veces tendemos a sobrealimentar a los niños, pensando que no comen lo suficiente. Si tu pequeño enfrenta la falta de apetito, no debe ser forzado, ya que percibirá la comida como una agresión o un ritual que lo hará infeliz y ansioso.
La falta de apetito en los niños – Consejos útiles
Cuando un niño enfrenta la falta de apetito, lo primero que debemos hacer es acostumbrarlo a horarios regulares para las comidas, para estimular su apetito.
Entre las comidas, es recomendable que coma una fruta. De esta manera, aunque sea un bocadillo pequeño, aumentará el nivel de glucosa e inducirá la sensación de saciedad.
No intentes engañarlo con diversas cosas ni lo castigues por rechazar la comida, siempre y cuando la salud del niño sea buena; ¡no hay necesidad de entrar en pánico!
En caso de que hayas discutido con tu hijo sobre sus preferencias alimenticias y aún así no quiera comer, es hora de informar al médico especialista o pediatra. Existe el riesgo de que el niño sufra de las siguientes condiciones:
- Desnutrición
- Anemia, por deficiencia de hierro
- Lesiones en la mucosa bucal o faringe (estomatitis o amigdalitis)
- Parásitos intestinales
- Trastornos metabólicos, etc.
Según el resultado proporcionado por el médico después de una serie de análisis, se le recomendará al niño un tratamiento (si es necesario) o suplementos alimenticios, vitaminas para estimular el apetito.
Intenta ofrecerle al niño la misma cantidad de comidas que hasta ahora, pero en cantidades más pequeñas. Además, anímalo a hacer ejercicios físicos, salir a jugar al aire libre; el aire fresco y el esfuerzo pueden estimular su apetito.
Si tu pequeño no tiene manifestaciones infecciosas (fiebre, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas), puedes probar con varios jarabes naturales diseñados específicamente para aumentar el apetito de los niños.
Los jarabes naturales son recomendados para estimular el apetito en los niños, aumentar la resistencia del organismo, tratar la debilidad, astenia, anorexia, anemia, estados de agitación; tienen un efecto vitamínico, antibacteriano, tónico digestivo y antiinflamatorio.
Así es como se administran:
5-10 ml, 3 veces al día para niños de 7 a 14 años, 5 ml, 3 veces al día para niños de 3 a 6 años. Se administra diluido en 100 ml de té, media hora antes de la comida.
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