Un estudio publicado en 2022 en la revista Menopause aporta nuevas evidencias prometedoras sobre el impacto positivo de los ácidos grasos omega-3 en la prevención del cáncer de mama, especialmente en mujeres que enfrentan la obesidad. Los investigadores descubrieron que las mujeres en premenopausia y postmenopausia que consumieron una mayor cantidad de omega-3 a través de su dieta disfrutaron de una mayor protección contra el desarrollo del cáncer de mama.
Los ácidos grasos omega-3, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su papel esencial en el mantenimiento de la salud cardiovascular, parecen desempeñar un papel crucial también en la prevención de ciertos tipos de cáncer. La obesidad es un factor de riesgo significativo para el cáncer de mama, especialmente después de la menopausia, debido a la inflamación crónica y los altos niveles de estrógeno producidos por el tejido adiposo. En este contexto, el estudio sugiere que el omega-3 puede contrarrestar estos efectos al reducir la inflamación y al influir en el metabolismo de los estrógenos.
Resultados del estudio
La investigación incluyó una muestra amplia de mujeres en diferentes etapas de la menopausia y analizó su consumo de omega-3 a partir de fuentes alimentarias, como pescado graso (salmón, caballa, arenque), nueces y semillas de lino. Los resultados mostraron que las mujeres con un consumo elevado de omega-3 presentaron un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama en comparación con aquellas con un consumo bajo.
Otro aspecto importante destacado por el estudio es que los efectos protectores del omega-3 fueron más pronunciados en mujeres que enfrentan la obesidad. Esto se explica porque, en las mujeres con mayor peso corporal, la inflamación y los desequilibrios hormonales son más acentuados, y el omega-3 puede ayudar a modular estos procesos negativos.
¿Cómo pueden las mujeres aumentar su consumo de omega-3?
Para beneficiarse de la protección que ofrece el omega-3, se recomienda a las mujeres incluir en su dieta alimentos ricos en estos ácidos grasos esenciales. El pescado graso, como el salmón, la caballa y las sardinas, son excelentes fuentes de omega-3. Además, las nueces, las semillas de lino y el aceite de lino son alternativas vegetales que pueden contribuir a aumentar la ingesta de omega-3.
Los suplementos de omega-3 también pueden ser una opción para las mujeres que no consumen suficientes alimentos ricos en estos ácidos grasos. Sin embargo, es importante que los suplementos se utilicen bajo la supervisión de un médico para asegurar la dosis correcta y evitar posibles interacciones con otros medicamentos.
Se recomienda consumir entre 250 y 500 miligramos de EPA y DHA combinados cada día.
¿El omega-3 aumenta o bloquea los niveles de estrógeno?
Los estudios son algo contradictorios en cuanto a los efectos del omega-3 sobre los niveles de estrógeno. Sin embargo, en general, estos ácidos grasos saludables parecen ser beneficiosos para los niveles de estrógeno en mujeres adultas. Por ejemplo, un estudio encontró que la suplementación con omega-3 y vitamina D3 redujo el estrógeno en mujeres en premenopausia, lo que puede ayudar a proteger contra cánceres relacionados con hormonas.
Además, otro estudio encontró posibles roles anticancerígenos del omega-3 a través de sus efectos en la señalización del estrógeno. El omega-3 parece transformar el estrógeno pro-proliferativo de manera que bloquea el crecimiento de las células cancerosas de mama.
¿Es bueno el omega-3 para los pacientes con cáncer? ¿Pueden los pacientes con cáncer tomar aceite de pescado omega-3?
En la mayoría de los casos, sí. Algunas investigaciones sugieren que el aceite de pescado puede ayudar a mejorar los resultados del tratamiento entre personas que luchan contra ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, a algunos pacientes que reciben quimioterapia se les puede aconsejar evitar el aceite de pescado.
Como explica un estudio, „la evidencia acumulada sugiere que los PUFA n-3 pueden ejercer una acción antitumoral al modificar la composición lipídica de la membrana plasmática”. En otras palabras, estas grasas parecen proteger las células contra el daño y el cáncer, y también pueden evitar su propagación.
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