La intolerancia al gluten es una afección crónica del tracto digestivo que surge como resultado de la ingesta de gluten en personas con predisposición genética. El gluten es una proteína vegetal que se encuentra en cereales (trigo, cebada, avena o centeno), en realidad, no es una alergia, sino una enfermedad autoinmune, y las lesiones que provoca en el intestino delgado conducen a la malabsorción, manifestada más comúnmente por diarrea crónica, múltiples deficiencias y consecuentes trastornos del crecimiento.
El pan (ya sea que lo compremos en la panadería o lo hagamos en casa) es una parte importante de nuestra dieta, pero menos para aquellos que sufren de intolerancia al gluten. Para ellos, el pan o cualquier otro alimento con gluten representa una „bomba tóxica”. Sin embargo, en la actualidad, han aparecido en el mercado muchas variantes de harina sin gluten, por lo que cualquier preparación clásica hecha con harina de trigo, incluido el pan sin gluten, puede ser realizada exactamente de la misma manera y en versión libre de gluten.
Pan sin gluten con nueces y semillas. Receta
Este pan se prepara fácilmente, es esponjoso, y las nueces y semillas le dan un toque crujiente y aumentan su aporte nutricional.
Ingredientes necesarios:
-250 g de harina sin gluten de Schar o cualquier otra marca
-350 ml de agua tibia
-5 g de levadura sin gluten (Dr. Schar)
-100 g de nueces
-1/4 cucharadita de semillas
-1/4 cucharadita de azúcar
-1/2 cucharadita de sal gruesa
-2 cucharadas de aceite de oliva (una para la mezcla y una para untar)
Instrucciones:
Primero, antes de preparar la masa, se tuestan las nueces y semillas en el horno a 200 grados Celsius durante 5-6 minutos para intensificar su aroma. Luego, se dejan enfriar.
En un recipiente, se coloca la levadura junto con el azúcar y se disuelve con el agua tibia. Por separado, en otro recipiente, se agrega la harina, y en el centro se colocará la levadura disuelta y una cucharada de aceite. Se mezcla hasta obtener una masa homogénea, luego se agregan las semillas, las nueces y la sal. Se mezcla hasta que todos los ingredientes estén incorporados.
Se espolvorea un poco de harina sobre la masa y se amasa ligeramente, luego se transfiere a una bandeja con papel de hornear. Se hace un corte con un cuchillo y se cubre con un paño, dejando que repose durante 30 minutos.
Después de que haya pasado el tiempo, se introduce la bandeja en el horno precalentado a 200 grados Celsius durante 40 minutos. Cinco minutos antes del final, se saca el pan y se unta con aceite, luego se deja hornear durante otros 5 minutos, aumentando la temperatura a 250 grados Celsius.
Para que el pan conserve su hidratación, algunos cocineros colocan un recipiente con agua fría en la parte inferior del horno, 15 minutos antes de sacar la bandeja.
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